bajando la cuesta
o subiendola
inmóvil de este lado
de la memoria
con los ojos
como antorchas
incendiando todo
desde allá
la distancia
que nos acaricia
cálida
como el atardecer
del valle
o como la turbina
de este avión
nos pone en la misma hoja
y nos recuerda
que hablando bajito
nos transformamos
en todo
esto.