Toda la vida lo había atormentado la misma pesadilla. Podían pasar meses, incluso algunos años, pero siempre volvía a aparecer. Cada vez mas viva, mas tremenda.
Todo sucedía en el mismo orden… El vacío… Las voces familiares deformadas por el eco… El precipicio al acecho, escondido en la oscuridad mas sobrecogedora… El aire gélido… Otras voces, tan extrañas como lacerantes… El vacío avanzando… Y esa presencia, ese ser que es miles y ninguno… esa voz grave que sin decir nada ordena y quita el aliento…. El pecho cerrado… la falta de aire… el grito anónimo, desgarrador y paralizante… El dolor mas agudo… El abrazo de la Nada… El final de la agonía… Los ojos abiertos… La habitación apenas iluminada… La increíble sensación de sentirse otra vez de este lado.
Volvió a soñarla después de mucho tiempo. Nunca había sido tan real, nunca el frío y la oscuridad lo golpearon tanto… Otra vez la voz grave, mas clara que nunca… La ausencia de aire… El grito, Su grito. Siempre había sido su grito! El baño de dolor… El vacío apretando su cuello… La nada cargándolo en brazos… El Fin.
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