Cuando el humo rancio no deja ver ni un cielo nublado... Cuando no queda mas cordel en mí para agregar un nudo... Cuando un tropiezo es cien y cien son mil... Cuando el alma aprieta y el corazón encoge... O cuando me acertijo en lenguas que nadie nunca pronuncia...
...solo ella, nacida en la luz primera, me traduce de nuevo a la vida....
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