sábado, noviembre 27, 2010

Tizas

Se cuela por una hendija su luz y le da calor a la pálida rutina por la que avanzan los días. Tienen un inconfundible gusto a almendra sus ojos. Los convida con sutileza. Y sonríe. Sabe que voy a explotar en algún momento de tanto esconderle el aire a los suspiros. Llega y pinta vírgenes paisajes a pesar del ajado lienzo. Me llena de color con sus dedos. Y sonríe.

Se va flotando, eterna promesa. Deja un reflejo de la guarda. Hasta la vuelta.

1 comentario:

Otro Punto de Vista dijo...

Dejar una propaganda en el link de comentarios es inteligente, saludos

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