sábado, febrero 19, 2011

Chocotorta

Revuelvo la caja con la certeza de que cada foto es un tesoro. Un pasaje al sol, un bar de viejos, la siesta en el pasto, el agua en la cara, un tango violento, un gato arisco, viajar en hamaca, un cine chiquito…

Esa constante sensación de que viniste a ponerle luna a los baldíos. Como si la felicidad pisara charcos con botas de lluvia.

3 comentarios:

Maria Isabel dijo...

La nada de tus cataratas me pintó sonrisas en la cara! Después de un buen rato por tu casa, me quedo con la sensación de viejo conocido íntimo... y las ganas de saber quién es detrás de estas letras, además de alto y amigable. Cuando en tus planes de viaje esté Bogotá, me avisas. Sería lindo tomar café y charlar.

P.M.E. dijo...

Mariaisabel: Es usted muy generosa (por lo que escribe y por el convite!).

Si tengo la suerte de pasar por Colombia, prometo tocarle timbre.

Abrazos...

Maria Isabel dijo...

Sabes que me parece toda una aventura intentar intuir cual de los seres que te componen es el que escribe cada vez... qué crees? será posible?. Toda una muestra de disfrute y disciplina mantener un blog tantos años. Inspirador! Abrazos.

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