Si hoy tuviera que irme, si me llegara la hora, me llevaría algunas cosas.
Me llevaría esos discos de Bowie que solo tuve en sueños; que el compuso para mí, solo para mí.
Me llevaría también esos pedazos de infancia que deje guardados en algún lado. Se que no son los mejores, pero son los únicos que quedan.
Si hoy tuviera que irme, me llevaría el reflejo del primer sol del día sobre tu espalda. Me llevaría tus besos. Pero los que nunca me diste, los que nos negamos.
Me llevaría, muy a mi pesar, el día en que te deje ir. Entero… ese día que fue uno, pero que viví tantas veces.
Me llevaría los libros que no leí. Tal vez así pudiera sacarme de encima esta sensación de que por cada libro que leo hay uno que jamás he de leer.
Me llevaría alguna tarde de lluvia. De esas de sagrada comunión… De hermandad implícita. De amistad insospechada.
Me llevaría todo lo que siempre olvido… eso que ni siquiera ahora recuerdo.
Solo eso llevaría… Me llevaría a mí.
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